Terapia de movimientos rítmicos e integración de los reflejos primitivos
La Terapia de movimientos rítmicos y de integración de reflejos primitivos es una terapia de reorganización neurofuncional, la cual tiene un doble objetivo, por un lado estimula el desarrollo del Sistema Nervioso, especialmente el tronco encefálico, el cerebelo y los ganglios basales y de otro banda ayuda a la integración de los reflejos primitivos del niño/a.
Por qué es importante estimular se lo tronco encefálico, el cerebelo y los ganglios basales?
Estas estructuras del sistema nervioso son las estructuras más primarias e inciden de forma capital en las funciones básicas del procesamiento sensorial, del movimiento y del desarrollo de aspectos de cariz tan relevante como el tono muscular o el control postural y los automatismos.
La terapia de movimientos rítmicos pretende que estas estructuras presenten un funcionamiento óptimo o el más adecuado que sea posible, de esta forma se libera el sistema límbico (la parte del cerebro que se ocupa del desarrollo emocional, el juego y el aprendizaje, atención y memoria) y el córtex (la parte más evolucionada del cerebro que se ocupa del pensamiento).
Así pues se puede conseguir un funcionamiento más adecuado de las habilidades cognitivas más importantes para el aprendizaje, puesto que el sistema límbico y el córtex se pueden ocupar de las funciones que realmente le corresponden, en vez de ocuparse de aspectos más básicos que les corresponden al tronco encefálico o al cerebelo.
Que son los reflejos primitivos y qué incidencia pueden tener en el aprendizaje?
Los reflejos primitivos son los movimientos que realiza el bebé de forma innata y lo ayudan a madurar sus primeras habilidades tanto en relación al desarrollo psicomotor como en relación al desarrollo de respuestas de huida-ataque, y sirven de punto de partida para que el niño pueda desarrollar todas sus potencialidades..
No obstante, los reflejos primitivos tienen una vida corta y la mayoría de ellos tienen que ser integrados antes de los 3 años, de otro banda pueden tener implicaciones relevantes para el desarrollo del niño, tanto en relación a su desarrollo emocional, como en relación al aprendizaje o bien en la regulación de su conducta.
A modo de ejemplo, el reflejo de Moro es la primera respuesta de protección del niño cuando se asusta, ya sea por un estímulo auditivo, visual, táctil o propio del movimiento. En este momento el niño libera Cortisol (la hormona del estrés) y realiza una respuesta motora consistente al abrir los brazos, coger aire, empezar a llorar y cerrar los brazos cabe el pecho en un movimiento de protección. No obstante, este reflejo se tendría que haber integrado (desaparecido) antes de los 6 meses. De otro manera el niño puede desarrollar una respuesta de hipersensibilidad, ya sea visual, auditiva, táctil o en relación al movimiento.
Esto provocará que viva en una situación constante de estrés, mostrándose muy reactivo a los estímulos que activan el reflejo. De este modo podrán tender a comportarse de dos maneras, o bien de forma muy inhibida, con muchas dificultades para conectar con el exterior o bien de forma muy expansiva en un afán de intentar controlar todos los estímulos que se dan al suyo cercando. Lógicamente, ambas conductas provocarán muchas dificultades en su desarrollo tanto social como en relación al aprendizaje.
Más tarde el niño con el reflejo de Moro activo no realizará la respuesta típica de este reflejo cada vez que este se active, puesto que tenderá a controlarlo de forma consciente, el que implicará todavía una mayor dificultad, puesto que estará implicando el Córtex en funciones que no le corresponden, restándole de este modo eficiencia a los procesos más importantes del córtex como el procesamiento de la información auditiva y visual, la atención, la planificación, el juicio y el razonamiento.
Algunos síntomas que nos pueden indicar la presencia de reflejos primitivos
La presencia de reflejos primitivos después de los 3 años es un síntoma de inmadurez del Sistema Nervioso, el que implicará dificultades en su desarrollo. Algunos de los síntomas que podremos observar más fácilmente de la presencia de Reflejos primitivos son los siguientes (los síntomas dependerán del reflejo presente):
Hipersensibilidad auditiva o visual, el que provoca que sé sobre excitan ante ruidos fuertes o continuos o bien ante estímulos visuales estresantes.
Equilibrio pobre.
Malas posturas.
Dificultades en la coordinación motora gruesa, especialmente en movimientos cruzados,es decir, cuando tiene que coordinar entre lados del cuerpo (por ejemplo entre mano derecha y pie izquierdo).
Dificultades en la coordinación motora fina, mala letra.
Problemas en el control de esfínters, enuresis.
Tendència a caminar de puntillas.
Problemas de atención y concentración.
Cómo trabaja la TMR para corregir los reflejos primitivos y las disfunciones de las bases del sistema nervioso.
A partir de la evaluación de los Reflejos primitivos en el niño y de su coordinación motriz se prepara un programa fundamentalmente motor para que los padres lo ejecuten de forma diaria a casa, el programa no comporta más de 20 minutos diarios y se trata de unos ejercicios sencillos que trabajan tanto en la maduración de las bases del Sistema Nervioso como en relación a la integración de los reflejos primitivos.